El verano francés

 

La existencia de David en Burdeos oscila entre el mundo de su padre y el fascinante universo de los videojuegos en el que se introduce su vecino Julien. La amistad de los dos muchachos se ve amenazada por un promotor inmobiliario que presiona a la familia de Julien para que abandone el apartamento. Cuando el ejército de obreros comienza a derribar tabiques y a picar la fachada del inmueble, se inicia un dramático asedio que transforma a los dos amigos en "los defensores de la fortaleza".

(Alfaguara, 1996)